Agricultores plantean movilizaciones para que la Junta intermedie en la activación del almacenamiento privado de aceite.
Mientras que diferentes indicadores evidencian algún síntoma de mejoría para el conjunto de la economía española -matriculaciones, compra venta de viviendas, constitución de sociedades mercantiles, morosidad en las compras financiadas...-, lo cierto es que en el 'microcosmos' jienense las cosas siguen sin verse nada claras.
La preocupación en estos momentos se llama agricultura, el tercer sector en aportación al Producto Interior Bruto (PIB) de la provincia. La fortísima crisis que sufren los 110.000 olivareros de Jaén desde hace dos años, con una estructura productiva completamente inviable cuando los precios medios caen por debajo de los 2,20 euros, frena en seco cualquier expectativa de crecimiento en el corto plazo, una malísima noticia si tenemos en cuento lo muchísimo que ya ha llovido sobre mojado. Pues en ésas estamos.
El problema es que la coyuntura tiende a empeorar. Ayer mismo las cotizaciones del 'oro verde' en origen se desplomaban por debajo de la barrera psicológica de los 1,80 euros -concretamente 1,79-, lo que significa casi un 20 por ciento menos que esos 2,20 euros que hacen rentable a la generalidad de las explotaciones. Las alarmas están encendidas y los cosecheros están cansados de malvender el producto.
Asaja, COAG y Faeca llevan un mes solicitando a la Junta de Andalucía que dé el primer paso, que inste al Gobierno a que plantee nuevamente ante Bruselas el almacenamiento privado. Consideran que, a la vista de experiencias recientes, es el único sistema para conseguir que el aceite de oliva se aprecie con celeridad. Pero hasta la fecha la Consejería de Agricultura no ha dado ningún paso en este sentido. Tan sólo buenas palabras; ningún compromiso. Así que las organizaciones agrarias han vuelto a la carga. Lo hicieron ayer, remitiendo una carta a la consejera Clara Aguilera en la que piden su «intermediación» ante lo que consideran «una perturbación grave del mercado», una de las dos posibilidades recogidas en la Organización Común de Mercado (OCM) para justificar la retirada de género y propiciar, a su vez, una recuperación de los valores mínimos que se registran en la actualidad.
Pero la cosa no queda ahí. Según ha podido saber este periódico, ya se plantea una reunión para la semana que viene con dos únicos puntos en el orden del día: primero, planificación de un calendario de movilizaciones; segundo, requerir la modificación del reglamento comunitario. Por ahora son sólo conversaciones de pasillo, contactos informales entre los dirigentes agrarios, pero la intención es ponerlo todo negro sobre blanco y empezar a hacer ruido. Sirva como referencia que el año pasado, a estas alturas de la película, ya se habían desarrollado un paro general en el campo y un par de tractoradas.
De mal en peor
Asaja, COAG y Faeca critican el paroxismo de la administración autonómica. Tirando de los datos que proporciona el Pool-Red, aseguran que en el período de tiempo transcurrido desde que se envió la primera misiva, o sea hace un mes, los aceites lampantes y de calidad inferior se han depreciado otros 0,20 euros, hasta los 1,59 euros, muy cerca de los 1,52 euros que fija la OCM para la intervención. El siguiente requisito sería que estos parámetros se mantuvieran durante dos semanas consecutivas. Demasiado tiempo visto lo visto. Respecto al virgen y el virgen extra, todavía habría incluso un margen de caída aún mayor, ya que los mínimos que contempla la OCM son 1,71 para los primeros y 1,80 para los segundos, y ahora mismo estamos en 1,88 y 2,17 euros respectivamente. Esto nos proyectaría hasta un horizonte temporal de, al menos, cinco o seis semanas más.
